El sueño duró cuarenta minutos, contados con reloj. La “U” gastó sus energías en el primer minuto del partido ante Cienciano: llegó dos veces y se le apagó el motor. Luego, pisó una y otra vez el área rival, pero casi en piloto automático, seguros de que el gol llegaría en cualquier momento, por la poca resistencia que ofrecían los rojos. Y llegó al minuto 40, un remate al palo rebotó hacia Víctor Píriz, que sin marca y sin arquero al frente marcó el primero.El grito solitario del delantero despertó al puñado de hinchas que fueron al estadio, casi hipnotizados hasta el sueño por un espectáculo sin brillo. La “U” no fue el único culpable.
Cienciano comenzó el partido con 11 jugadores en su área. Siempre es riesgo (y aburrido) defender el empate 90 minutos, además de inefectivo. Cuando los cusqueños tuvieron cancha, e intentaron irse al ataque. Bien intencionados, sin duda, comenzaron buenos contragolpes y los terminaron mal, sin velocidad, sin precisión, con centros al vacío y definiciones defectuosas.
Solo al final, Piero Alva -casi pidiéndole perdón al público por el partido de ensueño- metió un golazo y terminó por enterrar a los cusqueños. Al final, con casi nada, a los cremas les alcanzó para ganar su tercera victoria al hilo. La lección es para Cienciano, al que se le puede ganar con el mínimo esfuerzo. Universitario logró tres puntos y se ahorró mucha energía para el clásico del próximo fin de semana.
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